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Ofreciendo a las mujeres una segunda oportunidad
Mujeres en situación de marginación pueden lograr su proyecto de vida, aumentar sus ingresos y mejorar su bienestar a través del Programa Segunda Oportunidad. Se proporciona un enfoque integral para el empoderamiento económico de las mujeres a través de la educación y el aprendizaje vocacional.
En México, el programa ha llegado a más de 8.700 mujeres. Como resultado, han fortalecido sus habilidades y conocimientos para determinar su proyecto de vida e iniciar un negocio, conseguir un trabajo o regresar a la educación formal.
El programa se implementa en el Estado de México, Puebla y Jalisco, en estrecha colaboración con las organizaciones de la sociedad civil: SEPICJ y ProSociedad, y con el apoyo de aliados de gobierno y sector privado. El programa se adapta a las necesidades de las mujeres y de los mercados laborales y de emprendimiento de cada localidad.
Los problemas
Cada vez más mujeres acceden a la educación en México, pero esto no se traduce en más oportunidades económicas para las mujeres. En 2022, solo 6 de cada 10 mujeres mexicanas entre 25 y 49 años trabajaban o buscaban trabajo, frente a 9 de cada 10 hombres[1].
Esto se debe a varios factores, como leyes y prácticas discriminatorias, estereotipos de género, trabajo no remunerado, violencia contra mujeres y niñas, matrimonios tempranos y trabajo de cuidados, entre otros.
[1] Inmujeres, cálculos a partir del INEGI, ENOE. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010-2020. Primer trimestre y ENOE. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Nueva edición. 2021, 2022. Primer trimestre. “Tasa de participación de la población de 25 a 49 años en el mercado de trabajo por sexo”, consulted in April 10, 2023, available in: https://sisproigualdad.inmujeres.gob.mx/public/index.html
Nuestras soluciones
El Programa de Educación de Segunda Oportunidad de ONU Mujeres tiene como objetivo proporcionar un enfoque integral para el empoderamiento económico de las mujeres. El programa ofrece contenidos educativos y de aprendizaje de alta calidad a mujeres en situación de marginación que han dejado sus estudios; no están empleadas; o se encuentran en condiciones laborales precarias.
Las mujeres que participan en el programa tienen acceso a cursos de habilidades para la vida, alfabetización digital, educación financiera, emprendimiento, habilidades para el empleo, habilidades de estudio y una diversidad de oficios. La oferta de cursos se adapta a las mujeres de cada localidad a través de modalidades de aprendizaje presencial, en línea e híbrido.
A lo largo de su trayecto en el programa, las mujeres reciben apoyo de mentoras y redes de participantes. Además, se canalizan a otros servicios, como asistencia legal y servicios de salud, para abordar otras barreras que podrían enfrentar.
Finalmente, ONU Mujeres trabaja con el gobierno, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil para fortalecer políticas, programas y presupuestos para promover el derecho de las mujeres a la educación y al trabajo decente.
Nuestro impacto
Hasta septiembre de 2023, de las 5,830 mujeres que han completado el programa, 5,150 ya iniciaron o mejoraron su negocio, se emplearon o regresaron a la educación formal, mejorando sus condiciones de vida y de ingresos.
Además, 1,582 mujeres se capacitaron como mentoras, desarrollando sus habilidades de liderazgo para apoyar los trayectos de otras participantes en el programa y convertirse en agentes de cambio en sus entornos.
Las mujeres al completar el programa experimentan cambios en su forma de percibirse a sí mismas, especialmente valoran como posible el mantenerse económicamente a ellas mismas, controlan las decisiones que toman sobre sus actividades diarias, conocen sus derechos y pueden hacerlos valer, y se viven con redes de apoyo en su familia o en su comunidad que les ayudan cuando tienen dificultades.
Sobre nuestras participantes: en México hasta septiembre de 2023, el 28% de las mujeres que se integraron a Segunda Oportunidad viven en zonas semiurbanas y el 9% en zonas rurales.
El 68% tenía estudios truncos cuando iniciaron y de ellas, la mayoría contaba apenas con la educación básica o menos, habiendo zonas como Puebla en donde incluso el 20% apenas había cursado la primaria o menos.
El programa llega a mujeres principalmente alrededor de los 31 y 50 años viviendo en condiciones de vulnerabilidad ya que los ingresos familiares de alrededor del 40% de ellas eran precarios y 45% no contaba con acceso a actividades generadoras de ingresos al iniciar el programa.